XVII Jornadas AEMB – Zaragoza 2006

Carta conmemorativa del Dr. José Francisco Sarasa Oliván, organizador de las XVII Jornadas AEMB en Zaragoza el año 2006.

Queridos amigos, más que compañeros.

Tengo presente en mi memoria, como si lo estuviera viendo, la imagen de un autobús en la isla de La Gomera, durante las Jornadas de 2005, cuando Charo Ureña se sentó a mi lado y me dijo “y tu Pepe ¿cuándo organizarás las Jornadas en Zaragoza”?. Qué poco conocía yo a Charo en ese momento…
¿Puedo contaros como comenzó todo?

Yo era socio de la Asociación desde 1996 pero nunca había acudido a unas jornadas. Por qué no reconocerlo, me sentía un poco acobardado cuando leía los nombres de Cristóbal, José, Miquel, Joan, Jorge, Diego… (y un largo etcétera que por supuesto no olvido pero que seguro que Paco consideraría poco acertado literariamente enumerar). Impresionaba el bagaje científico, profesional y deportivo de todos ellos.

Finalmente un 4 de Julio de 2003 amanecí en Sitges, novato y sólo. A la entrada del hotel donde se desarrollaban las jornadas encontré de bruces (gracias a Dios) a Nacho (y digo Nacho porque siempre será Nacho, no Ignacio Alvarez). No tenía ni idea de que él estaba allí, pero fue un momento clave. En apenas un minuto me había presentado a más de una decena de personas, me había apabullado con nombres y caras y, de paso, me había introducido de lleno en un ambiente que pocas veces he encontrado en mi vida profesional y personal. Pero yo no acudía a una reunión de amigos, por lo menos no lo sabía, sino a una reunión científica sobre temas de medicina y baloncesto (o eso es lo que yo creía).

Me bastaron tres días de convivencia profesional y personal para comprender que aunar ambas era el gran objetivo de quienes años antes habían gestado estas jornadas y esta Asociación. Me sentí acogido de una forma envolvente que me hizo sentir que llevaba toda la vida con ellos.

A partir de allí todo fue intentar que Marien compartiera esa experiencia conmigo (ahora ya programa sus vacaciones reservando una semana al final de junio) y ello culminó dos años después en La Gomera. Poco podía sospechar ella que volveríamos de ese viaje con el encargo de organizar unas Jornadas al año siguiente en Zaragoza.

¿Qué supuso Zaragoza? Para mí un enorme reto a nivel profesional pero sobre todo a nivel personal. Algunos médicos que no habían asistido a otras jornadas lo hicieron en Zaragoza. Quizás la cercanía, las buenas comunicaciones, pudieron influir, pero lo cierto es que fue agradable observar caras nuevas (que todavía siguen acudiendo) y ejercer de anfitrión intentando cumplir con las premisas que en los dos años anteriores aprendí de todos mis amigos: ciencia y amistad. Como recuerdo de todo ello queda una monografía publicada (que está a disposición de todos los socios en formato PDF) y una enorme ristra de amistades, algunas nacidas allí, otras en Sitges y en los años siguientes, pero todas ellas activas y fructíferas aún hoy. También el recuerdo de quienes ya no están con nosotros, por decisión propia o porque se fueron de este mundo como Ernesto.

Durante estos años sin duda he aprendido mucho de compañeros que me han aportado un inmenso bagaje de conocimientos médicos y de experiencia profesional; he disfrutado de momentos de convivencia inolvidables con personas a los que considero amigos y me sigo enorgulleciendo cuando especialistas reconocidos me comentan al final de una de nuestras jornadas que “lo vuestro es atípico completamente dentro de las reuniones científicas”. Y pienso, sin decirlo, “claro, es que somos médicos del baloncesto”.

Y pensar que todo comenzó en un autobús en La Gomera con una sibilina pregunta de Charo, en una época en la que yo no sabía que Charo no pregunta sino que comunica lo que hay que hacer, buscando siempre lo mejor para la Asociación.


Dr. Francisco José Sarasa Oliván